Así gritaban los pobres obreros
españoles a finales del siglo XIX para lograr su propia emancipación y el
protagonismo de sus vidas. Y és es uno de los principios que guía nuestro
trabajo aquí, especialmente en el trabajo con nuestros jóvenes estudiantes. El
derecho a la formación-Información nos es un privilegio para los más ricos, es
un derecho inaliable de todo ser humano. Y en la sociedad de la comunicación y
de la información, no podemos privar de este derecho a los más empobrecidos.
Es verdad que los más empobrecidos
de la tierra carecen de lo más necesario y urgente : agua limpia, comida,
medicinas, etc. Pero no es menos urgente, y yo diría muchos más importante,
crear vínculos y cauces que les conduzcan y
faciliten la autogestión y el protagonismo de sus propias vidas en aras
de una verdadera emancipación. De lo contrario sí que estaríamos alimentando el
paternalismo y la dependencia.
Es éste el principio que nos ha
llevado a la puesta en marcha de una sala de Informática con cíber (sin café)
en una de las dependecias de nuestra Misión que, como todas las demás, está
siempre abierta y al servicio de toda gente del pueblo que quiera cultivar su
conciencia y toda su persona.
La sala de informática con cíber,
han sido posibles gracias a la colaboración de Manos Unidas, quien la ha financiado
en casi su totalidad. Y su continuidad lo es gracias a un aún pequeño grupo que
nos gusta llamar « Colaboradores de Bembéréké », quien de manera muy
genesora respondieron a nuestra llamada. Este grupo lo componen
fundamentalmente gente entre los que nació una maravillosa amistad, en aquella
hermosa cuna que fue la parroquia de San Pablo de la Argañosa, de Oviedo, allá
por los finales de los años setenta y comienzos de los ochenta del siglo que
feneció. Nos alegra ver como una buena parte de aquella buena gente sigue unida
y mantiene lazos profundos de comunión y fraternidad. Y no sólo ellos, sino
también sus hijos. Ahí están el grupo San Pablo, el equipo de fútbol Alborá,
etc.
Nuestro cíber marcha mejor de lo que
esperábamos. Los comienzos fueron difíciles, pero, gracias a Dios, ya ha habido
meses en los que hemos cubierto gastos. Y esperamos autofinanciarnos
cuando logremos poner en marcha cursos de iniciación a la informática y al uso
de internet dirigidos a todos los jóvenes del pueblo. La gran mayoría
desconoce esos instrumentos indispensables en los tiempos que vivimos.
Amigos, es hora de hacer justicia a
los empobrecidos, y este instrumento de que hoy os hablamos, no pretende otra
cosa. Y entra en el campo del cultivo la conciencia en la sociedad del
comecocos, de la manipulación, de la captura de sentimientos y del frenético
consumismo, a quien ni las crisis más profundas parecen poner freno.
Para
terminar, no olvidemos nunca que « lo importante es seguir
luchando ». Un abrazo.
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